Celebramos el Día Internacional de la Mujer en el año en que conmemoramos los cien años de vida del Partido Comunista de Chile, un partido de raigambre obrera, campesina e intelectual, inspirado por el pensamiento de Marx y Lenin.
Debe ser por esto que, al momento de comenzar esta nota, ha sido inevitable pensar en Gladys Marín, quién falleció un 6 de marzo y renació en las multitudes para celebrar el Día Internacional de la Mujer, renació en el mar de banderas rojas y rojinegras que cubrieron el cielo de Santiago ese 8 de marzo del 2005, renació en ese millar de personas que fueron a su funeral e hicieron que quedara registrado como unos de los más emotivos y multitudinarios de los últimos tiempos. Ese día el partido le iba a entregar una flor a Gladys y el pueblo de Chile le entregó miles de flores.
Hoy, siete años después, recuerdo las palabras que ella nos dijera alguna vez:
“En mi vida hay amores, personas, ideas que amé y amo a las cuales dedico mis días y mis pasos. He viajado mucho, pero siempre con mi corazón y mi mente puestos en un lugar, en una historia de la liberación de las cadenas de explotación e injusticia que atan la vida de mi pueblo y los pueblos. Pero cada día es un descubrimiento de rutas, un volver a nacer, un sumergirse, un respirar de nuevo para seguir haciendo camino.”
¿Cómo no recordar a Gladys en El Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y en el año del centenario del Partido Comunista de Chile? Ella nos ha dejado un legado de consecuencia política, claro y concreto, un legado de lucha junto a los pobres, a los más desposeídos, una lucha por la libertad y la democracia popular y participativa, una lucha por el socialismo, una lucha por un mundo más justo y solidario.
“El mundo hay que enfrentarlo con irreverencia y protesta. ¿Tenemos que hacernos sentir quienes? Aquellos que señaló Martí: “los pobres de la tierra”. Si, los pobres que son ricos de espíritu. Tenemos que transformar la realidad porque sin transformaciones políticas radicales será imposible el desarrollo económico, la soberanía nacional y la paz en el mundo”, planteó claramente en La Habana el 12 de Marzo del 2004, en la imposición de la orden nacional “José Martí”.
Estas ideas de Gladys tienen un valor universal, siguen vigentes y quedaron en la conciencia y la voluntad del pueblo, que vio en su lucha la expresión más clara de sus esperanzas y de sus anhelos, tantas veces frustrados por la falta de democracia y de participación.
La mujer, luchando con esfuerzo, coraje y valentía, ha logrado y está logrando hacer valer sus derechos, sin la mujer la vida sería como la Vía Láctea sin astros, soles, estrellas
Este 8 de marzo, como hombre, como comunista y como poeta, en año del centenario del Partido Comunista de Chile, del cual Gladys fue su presidenta y secretaria general, saludo todas las mujeres, destacando la inolvidable y querida presencia de la compañera Gladys, en mi nombre y en el de mi partido, a mi manera, con algunos poemas.
Sin la mujer no existiría la poesía, porque la mujer en su esencia ya es un poema.
María Angélica en todos los tiempos
Recuerdo el día en que te conocí,
emerges desde el local del partido,
entre banderas rojas y consignas,
traes el momento cuando nuestras
miradas se encontraron.
Tu mirada me pareció altiva,
tu semblante el de una diosa coronada
con 18 primaveras.
Yo venía a la casa del partido
desde los cerros de Valparaíso,
de sus calles sin pavimentar y
sin alumbrado.
Fue el amor en tiempos de esperanzas,
íbamos soñando por la vida,
trabajando, cantando,
sembrando futuro.
Íbamos junto a las gentes, abrazado a la
cintura delgada de la patria,
destino tomado en nuestras manos.
De norte a sur, habríamos surcos
en la tierra, sembrando semillas.
La patria daría los frutos
a todos sus hijos germinales.
Después el amor en los tiempos de lucha,
la muerte, llegó de la mano de los
cuatro generales traidores.
llegó al alba, en las sombras,
rompiendo los secretos de la noche.
Sólo eres tú la que perdura.
Eternamente tu, aquí y ahora.
Tú , sólo tú en todos los tiempos...
en los tiempos de amor y desamor
en los tiempos de paz y de lucha.
En los tiempos de hambre,
de comida escasa en la mesa,
tu alma multiplicaba el pan y los peces.
En los tiempos de bienestar,
de tus manos salían volando
como los pájaros del nido,
las uvas el pan y el vino.
María Angélica, en todos los tiempos.
Te conocí en la casa del partido.
Muchos sueños e ilusiones vuelan atomizados
por los espacios estelares.
Solo mi partido ya centenario permanece.
Solo tú permaneces en todos mis sueños
en todas mis ilusiones,
en todos mis días y mis noches.
Tú, eternamente tú.
A mi lado.
Nocturno a una poeta
Hay sueños despiertos en el pliegue de la noche.
Como una congregación de luciérnagas siderales,
las estrellas iluminan el firmamento.
Una ilusión insomne
trata de conciliar el sueño.
Bajo el claro de luna,
después de un largo día,
las sombras de los cansados álamos
dormitan en el fondo del río.
La casa, adivinando tu ausencia
mira hacia el campo
buscando tu presencia entre los árboles,
entre el arroyo que va saltando de peña en peña,
en el río que sueña el encuentro con la mar.
Pero tú no estás entre los árboles,
no estás en el arroyo o en el río
ni tras las montañas que cada día
paren piedras resplandecientes.
Tú estás en el valle de rosas y lavandas,
en un lecho de hojas de hierbas
yaces desnuda a mi lado.
Bajo el claro de luna, tu cuerpo iluminado
y en actitud de entrega
es la noche estrellada abierta al firmamento.
Mi boca a tu boca, como el pasto al rocío,
tu boca a la mía como tentadora fruta
del árbol de la vida.
Nos besamos queriendo saciar
la sed de amor,
el deseo y pasión
en la conjugación de nuestros labios.
Tú cabellera al viento juega con la brisa.
Tu cuerpo es la prolongación de tu esencia
reflejada en mis sueños.
Me deslizo por él lentamente.
Descubro los misterios escondidos
en tu mundo de ensueños.
Bajo caricia a caricia,
cubriendo beso a beso
todo el territorio de tus deseos ,
despertando la pasión
de los volcanes que habitan en ti.
Bajo el claro de luna,
tu cuerpo iluminado
y en actitud de entrega
es la noche estrellada
abierta al firmamento.
Y en tono cómplice
nos habla el universo.
Asignatura Pendiente
Sueño la esperanza, la utopía.
Que renazca la historia,
el legado político
de los que ayer cayeron.
Que los que aún en estos tiempos
siguen con las ideas, los valores
y el deseo de reinventar y cumplir
la asignatura pendiente que tenemos con
Salvador Allende,
Miguel Enríquez,
Gladys Marín,
Lumi Videla
Víctor Jara,
y todos los caídos en la lucha,
se multipliquen como
los peces, los panes,
las semillas de las
flores silvestres.
Y que se remuevan las conciencias,
que la gente despierte
de este falso sueño de
espacios vacíos,
laberintos sin sentido
valores de hojarascas.
Sueño con tenerte a mi lado,
junto a las gentes,
en medio de banderas,
cantos, consignas.
Gritando rebeldía
desde el alma.
Sembrando
futuros
estelares
en las profundidades
de la vida.
De donde nos contempla
a través de los hijos del futuro
una nueva alborada germinada.
Sueño con semillas
en tu alma,
con frutos que
nacen de tu vientre.
Nunca he estado ahí
Nunca he estado ahí...
pero estaré algún día,
en tu tierra y en tu cielo,
Caminaré por las calles
en busca de tus pasos,
y en la plaza del pueblo
me sentaré un momento
a mirar los lugares
que desde ahí contemplas,
los aprenderé de memoria
y los guardaré para verte
en ellos cuando no estés conmigo.
Nunca he estado ahí….
pero estaré algún día,
para verte a escondidas
para espiar tus pasos
para ver tu andar por esas
calles tan tuyas.
Porque todo lo abarcas
y porque donde caminas
vas dejando tu esencia.
Nunca he estado ahí….
pero estaré algún día
para oler tu brisa,
para sentir esencias
de rosas y lavandas,
impregnadas en tu piel
como el agua en el río
Nunca he estado ahí…
pero estaré algún día.
Sin que me veas
sin que lo sospeches
y desde una esquina
esperare que llegues
para decirte.....
nunca estuve aquí
pero he llegado...
me trajeron tus ojos,
tu pelo y tu sonrisa
y tu dulce mirada
que hoy encuentra la mía.
Y no me iré de ahí,
no vendré de regreso
sin robarte un beso.
Porque oler tu brisa
acariciar tu pelo,
contemplar tu sonrisa
en tus ojos de cielo,
y no besarte en la boca,
y no sentir el sabor de tus labios
sería un sacrilegio.......
El amor es un milagro,
y tu boca y ese beso tuyo
es fruta madura
del árbol de la vida.
La certidumbre: tu ausencia
No sé cuantos días y noches
tardaré en olvidarte,
en el intento iré borrando
las imágenes, las palabras,
los recuerdos y momentos
que dejaste abandonados
cuando emprendiste el vuelo.
Aquí me quedo
hablándole al silencio.
Cuando las palabras sólo alcanzan
para evocar el rencor y la rabia,
ante el abandono imprevisto,
sin una misiva,
pero anunciado en las ausencias,
adivinado en los silencios,
percibido en las miradas esquivas
y las caricias rechazadas,
hasta el día en que fue sacando
sus pertenencias del armario,
su foto de la mesita de noche,
hasta el día que fue dejando
los recuerdos en las paredes,
la certidumbre de su ausencia,
para salir del cuarto
sin volver la vista atrás.
Cuando las palabras sólo alcanzan
para testimoniar el luto
entonces es mejor mirar hacia atrás
hacia un pasado lejano
Todo era más fácil en esos días
cuando mis pasos
iban por caminos polvorientos,
por cerros, valles y montes,
paciendo cabras y ovejas.
Todo era más fácil
cuando sentado bajo la sombra de un árbol
trataba de descifrar ese montón de garabatos
en los libros de mis hermanas.
Es bueno acordarse de esos tiempos,
del pan candeal recién salido del horno,
de la mantequilla que hacía mi madre,
y de los trigales esperando la siega,
ser llevados a la era para ser trillados.
Después de la trilla,
cuando el trigo era el pan
de día venideros esperando en la era,
en el patio de la casa
mi madre servía la comida, el pan y el vino.
Es bueno acordarse de esos tiempos
Mi padre era la ausencia
percibida desde días lejanos.
Después el canto y la guitarra
amenizaban el resto de la tarde,
la poesía llegaba en la voz de un poeta popular,
o de un payador improvisando un recitado
en rima, cantando acompañados de una guitarra.
Al final todos bailando la cueca.
Fue en esa época y en esos lares
mis primeros contactos con la poesía,
fue en esos días en que mirando bailar la cueca
adiviné el asedio amoroso
de un hombre a una mujer,
el arte de seducir.
¡Ay , mujer como te extraño!
Aquí me quedo
en la certidumbre de tu ausencia,
hablándole al silencio.
La despeinada
Llegó a través de mi poesía,
yo andaba a la deriva,
iba en barlovento,
sin rumbo, sin destino,
sin encontrar un puerto
en el que anclar mis días.
Mi existencia, prolongación del recuerdo,
las sombras de un amor ausente,
enlutaban las horas.
Igual que hoy, en Malmö,
diciembre venía anunciando
la llegada del invierno.
Ella venia despeinada
melena al viento,
su cabello meciéndose en la brisa,
un mechón caído sobre su frente
le daba una expresión de bondad y ternura.
Mis ojos se recrearon en su pelo,
y comenzaron a caminar por él.
era oscura la senda que traía en mis pasos
cuando entré en los laberintos de sus cabellos.
Peregrino insomne,
caminé noche y día
tejiendo poemas...
Caminé y caminé
por los cabellos despeinados,
y en la senda oscura de mis pasos
fue amaneciendo la clara luz de su mirada.
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